Prostitucion Infantil


La prostitución infantil es uno de los hechos que más alarma a la población, ya que durante las últimas décadas se han dado miles de casos de prostitución infantil. La prostitución de menores es endémica en muchos países de renta baja que se han convertido en destino preferente del turismo sexual.
Cuando un individuo busca mantener relaciones sexuales con niños o niñas y no quiere correr el riesgo de ser denunciado, tiene una segunda opción: acudir a la prostitución de menores. Esto sólo si dispone de dinero suficiente como para permitírselo. Por otro lado, se encontrará con la dificultad de encontrar un individuo o club que se lo facilite, pues la prostitución infantil se esconde mucho más que la prostitución de adultos. Pero una vez salvados estos dos obstáculos, cualquier individuo puede convertir en realidad sus fantasías con una niña o un niño, esclavizado y obligado a ser un objeto para el uso sexual. Dicha prostitución no suele ser voluntaria y va acompañada del miedo, el hambre, las drogas y multitud de circunstancias más, que pueden convertir la existencia tanto de un menor como de un adulto en un auténtico infierno.
A principios de 1996 el Director General de Protección Jurídica del Menor del Ministerio de Asuntos Sociales reconocía ante los medios de comunicación la existencia en España de mafias dedicadas al tráfico de menores. Además de niños y niñas españoles, en la península se compran y venden fundamentalmente menores portugueses, dominicanos, marroquíes y procedentes de países del Este de Europa.




  • La captación y el rapto. ¿De dónde salen las niñas y niños explotados en la prostitución? Fundamentalmente se obtienen de los cinturones periféricos y las zonas marginales de las grandes ciudades, como Madrid, Barcelona, Bilbao, etc.; de las salidas de grandes y medianas discotecas, o de los menores escapados de sus casas.
  • En los cinturones industriales de las grandes ciudades es donde suelen trabajar las alcahuetas dedicadas a localizar posibles víctimas. Normalmente se trata de prostitutas o exprostitutas que con frecuencia dependen de una dosis de heroína. Se aprovechan de las privaciones económicas de las menores y les ofrecen algún trabajo o ayuda económica, normalmente a través de un bar, un espectáculo o un grupo de baile. Una vez que logran ganarse su confianza, les llevan a un establecimiento de la red donde caen en manos del proxeneta.
  • Dentro de las discotecas o a la salida de las mismas, trabajan algunos ganchos de estas redes. Pueden actuar de dos formas distintas: mediante un "chulo de discoteca" o "guaperas", que seduce a alguna menor para después ofrecerse a llevarla a casa o a otro local, o mediante otra menor obligada a "captar" amigas bajo amenaza de muerte o violación. En ambos casos, los ganchos deben ganarse la confianza de las menores y llevárselas hasta un piso o club de la red o, en último caso, introducirlas en el coche del proxeneta.
  • Los menores que se escapan de casa pueden también terminar en una de estas organizaciones. Según los datos manejados por la Guardia Civil, desde 1992 el número de denuncias por desaparición se ha multiplicado por seis. En los dos últimos años se han acumulado casi 600 casos de menores desaparecidos que continúan en paradero desconocido. El 10% tiene menos de 10 años. Estos casos sumados a los registrados desde 1986 y no resueltos, suponen varios miles de niños y niñas desaparecidos.


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